miércoles, 11 de julio de 2012

Después



Después, qué vendrá después. No lo sé. Llueve. No le temo a la tormenta, pero las profundidades me provocan escalofríos. Imagino al inmenso mar, y cuanto más grande es, más claustrofóbico me siento. No puedo dejar mis pies colgando. La corriente fría los acaricia y los hace retroceder. Qué hay debajo. Será una ciudad o sólo la oscuridad absoluta. Yo no puedo averiguarlo, pero me encantaría saber. Después, qué hay después del mar. 


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